Modificación de la doctrina en relación la exigencia de agotamiento de la vía judicial previa a la interposición del recurso de amparo, limitándose los supuestos en los que sea obligatorio interponer el incidente nulidad
Pleno. Sentencia del Tribunal Constitucional de 19 de diciembre de 2013. Recurso de Amparo: 10846/2008. Ponente: Excmo. Sr. D. Enrique López y López.
En
aquellos supuestos en los cuales la vulneración de los derechos fundamentales
objeto de la demanda de amparo haya sido debatido en todas las instancias, debe
entenderse cumplido el requisito del agotamiento de la vía judicial previa. Sin
embargo, el incidente de nulidad será exigible cuando dicha vulneración se
produzca en la última sentencia recaída en el procedimiento.
FDO JCO
SEGUNDO (…) “debemos establecer que la conclusión a la
que llegó el ATC 200/2010 al exigir en estos supuestos la interposición del
incidente de nulidad de actuaciones como condición para poder considerar
cumplido el requisito del agotamiento de la vía judicial previa, debe ser
revisada. Este requisito del art. 44.1 a) LOTC responde, según ha sostenido de
forma unánime y constante la doctrina de este Tribunal, ―a la finalidad de
preservar el carácter subsidiario del recurso de amparo, evitando que el acceso
a esta jurisdicción constitucional se produzca per saltum, es decir, sin
brindar a los órganos judiciales la oportunidad de pronunciarse y, en su caso,
remediar la lesión invocada como fundamento del recurso de amparo constitucional‖ (por todas, últimamente, SSTC
42/2010, de 26 de julio, 91/2010, de 15 de noviembre, y 12/2011, de 28 de
febrero). De modo que, en supuestos como el que ahora nos ocupa, basta
comprobar que los órganos judiciales han tenido la oportunidad de pronunciarse sobre
los derechos fundamentales luego invocados en vía de amparo constitucional,
para estimar cumplido el mencionado requisito. Lo contrario supondría cerrar la
vía de amparo constitucional con un enfoque formalista y confundir la lógica
del carácter subsidiario de su configuración. Como hemos advertido en nuestra
STC 11/2011, de 28 de febrero, FJ 4, ―el presupuesto procesal del agotamiento
no puede configurarse como la exigencia de interponer cuantos recursos fueren
imaginables, incluso aquellos de dudosa viabilidad. El agotamiento queda
cumplido con la utilización de aquéllos que razonablemente puedan ser
considerados como pertinentes sin necesidad de complejos análisis jurídicos‖. Es asimismo doctrina reiterada de este Tribunal, que
la determinación de qué remedios procesales son pertinentes en cada
caso concreto es una cuestión de legalidad ordinaria que corresponde decidir a
los órganos de la jurisdicción ordinaria, de modo que la fiscalización por la
jurisdicción constitucional del agotamiento de la vía judicial, en cuanto
requisito previo a la interposición del recurso de amparo, no habilita a este
Tribunal para suplantar a los órganos de la jurisdicción ordinaria en la
interpretación de la legalidad procesal. Por ello hemos afirmado también que,
en la evaluación del cumplimiento del requisito del agotamiento de la vía
judicial, ―no se trata de establecer con total precisión si un recurso es o no
procedente, sino de decidir si era razonablemente exigible su interposición‖ (STC 11/2011, de 28 de febrero, FJ
3).
(…) Además, la ya citada STC 182/2011 también pone de relieve, de manera elocuente, la tesitura a que puede verse abocado el recurrente ―ante una encrucijada difícil de resolver, toda vez que si no utiliza todos los recursos disponibles dentro de la vía judicial ordinaria su recurso de amparo podrá ser inadmitido por falta de agotamiento de la vía judicial previa, y si decide, en cambio, apurar la vía judicial, interponiendo todos los recursos posibles o imaginables, corre el riesgo de incurrir en extemporaneidad al formular alguno que no fuera en rigor procedente (últimamente, por todas, STC 192/2005, de 18 de julio, FJ )‖ (STC 255/2007, FJ 2)‖.Consecuentemente, ningún reproche cabe efectuar al demandante de amparo por acudir directamente ante este Tribunal sin interponer previamente un incidente de nulidad de actuaciones, habida cuenta que la pertinencia de ese remedio procesal es al menos dudosa. “
(…) Además, la ya citada STC 182/2011 también pone de relieve, de manera elocuente, la tesitura a que puede verse abocado el recurrente ―ante una encrucijada difícil de resolver, toda vez que si no utiliza todos los recursos disponibles dentro de la vía judicial ordinaria su recurso de amparo podrá ser inadmitido por falta de agotamiento de la vía judicial previa, y si decide, en cambio, apurar la vía judicial, interponiendo todos los recursos posibles o imaginables, corre el riesgo de incurrir en extemporaneidad al formular alguno que no fuera en rigor procedente (últimamente, por todas, STC 192/2005, de 18 de julio, FJ )‖ (STC 255/2007, FJ 2)‖.Consecuentemente, ningún reproche cabe efectuar al demandante de amparo por acudir directamente ante este Tribunal sin interponer previamente un incidente de nulidad de actuaciones, habida cuenta que la pertinencia de ese remedio procesal es al menos dudosa. “
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