POSIBLEMENTE, UNA DE LAS SENTENCIAS JUDICIALES MÁS FRIKIS DE LA HISTORIA

Tras su éxito “El código Da Vinci“, Dan Brown fue acusado por Michael Baigent y Richard Leigh por, supuestamente, haber plagiado ideas de su novela “El Enigma Sagrado“, de 1982. Finalmente, un juez rechazó esta acusación. Pero lo curioso del caso comienza precisamente al terminar el juicio, con la sentencia del juez Peter Smith (si quieres ver la sentencia, pulsa aquí).

Posiblemente, la sentencia judicial más friki.

Durante las primeras trece páginas, se suceden letras en negrita y cursiva, como si el juez quisiera llamar la atención sobre ellas. Así que, parece razonable extraerlas y ver si forman algún tipo de frase:

s m i t h y c o d e J a e i e x t o s t g p s a c g r e a m q w f k a d p m q z v


Es lo que parece: dejándose llevar por la emoción del libro de Dan Brown, el juez Smith había introducido ¡un mensaje cifrado en mitad de la sentencia judicial! El prefijo “Smithy Code” es un indicador de que lo que se sigue es un mensaje en código.

El abogado Dan Tench, colaborador de The Guardian, fue el primero en descifrarlo. Como muy bien explica Arturo Quirantes en su libro ”Cuando la criptografía falla” (Amazon), donde descubrí esta y muchas otras curiosidades parecidas, se trata de un sistema de cifrado llamado cifrado de Vigenère.

El propio juez dió una pista al abogado Dan Tench sobre cómo descubrir el mensaje oculto: la clave era la secuencia de Fibonacci.

Triángulo de Pascal, donde la sumas de las diagonales son los números de Fibonacci (Fuente: MediaWiki)
Triángulo de Pascal, donde la sumas de las diagonales son los números de Fibonacci .

¿Qué tiene que ver Fibonacci con una clave de cifrado? Es fácil. El método de Vigenère consiste en una simple modificación del archiconocido y antiguo cifrado de César, donde cada letra se sustituye por la que le sigue en el alfabeto un número predeterminado de posiciones.  Ese número de posiciones es la clave que el receptor y el emisor deben acordar para poder entenderse. Por ejemplo, con una clave 3, cifraríamos un mensaje realizando estas sustituciones: A –> D, B –> E, C –> F, etc.

En Vigenère, ese número de letras a “desplazar” va variando con cada letra. La pista de que había que usar la secuencia de Fibonacci ahora parece tener sentido, ¿verdad? ;-) El juez lo complicó todo un poquito más, dando una última vuelta de tuerca al cifrado: en lugar de cifrar su texto en limpio, lo “descifró” para “cifrarlo”. Es decir. empleó la regla de descifrar para cifrar. Esta variante es conocida y se llama método de Beaufort.

Pues bien, entonces tenemos una clave dada por los primeros ocho números de la secuencia de Fibonacci (¡la longitud de la clave sólo se puede obtener probando!):

1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21

Aplicándola con el método Beaufort al texto codificado en la resolución judicial, tenemos:

jafkiefisthrwhoareboudreadqough

Lo que aún no tiene mucho sentido… El juez volvió a lucirse en un acto de creatividad e hizo un poco lo que le dio la gana el día que cifró su mensaje: cambió un número de la secuencia de Fibonacci “porque sí”, cambiando su signo (y por tanto, el sentido en que hay que recorrer el alfabeto para cifrar). Probando, el abogado Dan Tench descubrió finalmente que empleando esta otra secuencia de números, que era la clave del mensaje:
1, 1, -2, 3, 5, 8, 13, 21

JACKIEFISTERWHOAREYOUDREADNOUGH
=
JACKIE FISTER: WHO ARE YOU DREADNOUGH?

Es decir, tras todo este lío hay un simple juego de palabras referente a un famoso almirante de la Armada Británica, Jackie Fisher (la “t” en Fister parece que fue un error del juez), y Dreadnough es un tipo de acorazado.

Fuente: http://www.ciencia-explicada.com/2013/09/posiblemente-una-de-las-sentencias-judiciales-mas-frikis-de-la-historia.html

Comentarios

Entradas populares de este blog

ACERCA DE LA SENTENCIA DE LA SEÑORA QUE METIÓ AL GATO EN EL MICROHONDAS PARA SECARLO.

El TSJ de Madrid anula el examen de una opositora a enfermera a la que el tribunal obligó a acudir pese a estar a punto de dar a luz

El Supremo exime a las empresas de llevar un registro de las jornadas de su plantilla cambiando el criterio de la AN aplicado por la Inspección de trabajo.